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¿Qué es la Epilepsia?

La Epilepsia es una enfermedad cerebral que se caracteriza por la presencia de crisis epilépticas no provocadas, que se repiten en el tiempo. Afecta a más de 50 millones de personas en el mundo, por lo que ha sido declarada por la OPS-OMS como una patología frecuente, tratable en su mayoría, pero que afecta severamente al individuo en términos de calidad de vida siendo altamente estigmatizadora.

Puede presentarse en cualquier momento de la vida, en cualquier sexo y nivel socioeconómico.

Las causas de la Epilepsia son variables, siendo las más frecuentes a nivel mundial: TEC o traumatismo encéfalo craneano, infecciones del sistema nervioso central (meningitis, encefalitis), problemas en el momento del parto o en el recién nacido (causas perinatales), accidentes cerebro vasculares y causas genéticas.

El diagnóstico de la epilepsia es esencialmente clínico, lo realiza el neurólogo en base a una adecuada historia y examen físico, los exámenes sólo ayudan a precisar y clasificar el tipo de epilepsia (son complementarios).

Las crisis epilépticas son la presentación clínica de la enfermedad, se producen por una descarga eléctrica excesiva a nivel cerebral. El tipo de crisis depende de: lugar del cerebro afectado, velocidad de la descarga epiléptica a través del cerebro, etiología de la epilepsia y la edad de la persona, por lo que no todas las personas con epilepsia, tienen el mismo tipo de crisis epiléptica.

El pronóstico de la epilepsia depende de la causa, así como del inicio temprano del tratamiento y su adherencia. Se estima que hasta el 70% de las personas con epilepsia pueden llevar una vida normal con el tratamiento apropiado, el 30% restante tendrá una epilepsia refractaria, lo que quiere decir, que tendrá crisis a pesar del tratamiento correctamente indicado, en estos casos se plantean otros tipos de tratamiento complementarios como: cirugía de la epilepsia, dieta cetogénica, entre otros. 

El uso de fármacos anticrisis será indicado de forma personalizada, de acuerdo con el tipo de crisis, síndrome epiléptico, comorbilidades asociadas, estilo de vida, preferencias personales y/o la relación con su familia y sus cuidadores. Por esto la Epilepsia requiere de un manejo integral.

Crisis Epilépticas

Una crisis epiléptica se define como la aparición transitoria de signos y/o síntomas debido a una actividad neuronal excesiva o sincrónica en el cerebro.

Estos síntomas, es decir lo que observamos en el paciente o lo que éste relata del evento, dependerán de la región cerebral en donde se produzca la descarga eléctrica anormal.

Las crisis epilépticas provocadas son aquellas que se originan o son consecuencia de una alteración orgánica conocida y aguda. Por ejemplo:  la descompensación que sufre una persona alcohólica o adicta en periodo de abstinencia; la fiebre en algunos lactantes, que puede llevarlos a tener una convulsión “febril”; la privación extensa de sueño y la hipoglicemia o disminución importante del nivel de azúcar en la sangre; entre otros.

Las crisis epilépticas no provocadas o espontáneas, que orientan hacia un diagnóstico de Epilepsia, se caracterizan por ser:

  1. Espontáneas. Tienen un inicio súbito y brusco, duran un breve periodo de tiempo y luego se restablecen las funciones cerebrales.
  2. Estereotipadas. Las crisis son iguales unas a otras, siguen el mismo patrón, ya que el foco donde se genera la alteración eléctrica en el cerebro es siempre el mismo y no cambia a través del tiempo.
  3. Recurrentes. Hay una predisposición o tendencia a que las crisis se repitan en el tiempo.

Algunos datos Epidemiológicos

·         Las crisis epilépticas corresponden al 1% de las consultas en los Servicios de Urgencia de adultos y al 2% de las consultas en pediatría.

·         La mayoría de estas crisis, recibidas habitualmente en Servicios de Urgencia, son crisis epilépticas provocadas.

·         1 de cada 10 personas presentará una crisis epiléptica en algún momento de su vida.

·         1 de cada 150 personas en el mundo tendrá Epilepsia, y, por lo tanto, presentará crisis epilépticas no provocadas: espontáneas, estereotipadas y recurrentes en el tiempo.

·         Las crisis convulsivas solo afectan al 23% de quienes son diagnosticados con Epilepsia.